Los cortavientos son plantas o estructuras diseñadas para ralentizar y proteger áreas sensibles de los efectos del viento. Se utilizan ampliamente en la agricultura para proteger los cultivos contra vientos fuertes, en el paisajismo para microclimas, y en la planificación urbana para reducir la sensación de frío por viento que las personas pueden sentir al caminar. Los cortavientos pueden ser naturales, como filas de árboles o arbustos, o muros y cercas artificiales. La efectividad de un cortaviento realmente depende de su altura y grosor; pero también de la distancia desde donde se desea que proteja. Un buen diseño de cortavientos reducirá la velocidad del viento en un 50%, creando mejores condiciones y mayor calidez para el crecimiento de las plantas.