Se necesitan cercas contra el viento y el polvo en algunas regiones propensas a la desertificación y la erosión. Ellas moderan la erosión del viento alentando su velocidad, lo que protege el suelo de ser arrastrado. Dichas cercas generalmente consisten en materiales ligeros que son porosos, permitiendo que pase algo de viento mientras atrapan granos de arena y partículas de polvo en gran medida. Estas cercas son un buen método para controlar el movimiento de arena y polvo provocado por el viento, a bajo costo y además amigable con el medio ambiente.