Los dormitorios dan a los residentes una cama y un área de vida, normalmente instalada dentro de escuelas u otras instituciones similares. Ofrecen muchas ventajas. Este uso eficiente del espacio alberga a varias personas por habitación, los servicios comunitarios no necesitan ser tan grandes ni tan complejos como para multiplicar los costos, y hay muchas más formas en que los residentes pueden reunirse para socializar. Ya es suficientemente difícil para las personas en edificios donde están constantemente aisladas por paredes inflexibles, pero aquellos que se alejan de su propia especie están en un caso desesperado. Con la falta de espacio actual, es difícil organizar muchas habitaciones principales en una sola instalación compartida sin generar resentimientos o traicionar al grupo. Por lo tanto, se puede observar tanto en construcciones de madera como en edificios con estructuras metálicas un deseo de dar a las personas una sensación de espacio cuidadosamente protegido, algo que se ve claramente en sus rostros. Además, la función del dormitorio como un entorno que asegura la seguridad es fácil de ejercer: un espacio pequeño y cerrado. La compatibilidad o independencia con cocinas, comedores, baños públicos e incluso lavadoras se facilitaría. Mientras tanto, la simplicidad ofrece conveniencia para la supervisión y gestión, lo cual es particularmente importante cuando la prioridad principal debe ser la seguridad de los residentes.